Se vendió y se viene con renovaciones.
La verdad es que siempre me pregunté por qué el tamaño del café de MacDonall es el doble que el del Burger, bueno, tal vez ahora subsanen ese desequilibrio.
Lo cierto es que es como un indicador del mal servicio del Burger de los últimos años, y lo que le ha hecho ceder terreno, creo yo.
La nueva fórmula será bizcochos de arándanos y mercadotecnia, nueve propuestas nuevas de desayunos.
Se viene una tanda de publicidad.
Por mi parte, me gustaría, ya que hay cambios, que tuvieran en cuenta que el mayor desastre de esa cadena es la atención.
Aunque MacDonal le sigue, el peor la atención del Burger.
Los puestos son bastante más sucios, he visto gente estornudando detrás del mostrador, sin taparse la boca y tocando dinero y comida sin ningún problema.
He visto gente servir café y chorrearse a mano y sacudirla dentro del vaso que va a servir al cliente.
He visto “cosas” raras entremedio de la carne.
Pero reconozco que he visto cosas parecidas en el MacDonal.
Comentaré alguna anécdota: en el MacDonal del Abasto, en que se encuentre en el tercer piso, fui a solicitar un café.
Había 3 empleados, conversando, la cajera mientras me atendía a mí, en cuanto le hube pagado, se desentendió de mi , y cuando le pregunté por qué no me servía el café me dijo que era otra persona la que lo hacía, cuando le señalé que había 3 personas hablando en vez de servir, me comentó que el que “correspondía” a su caja ya venía.
Una de las 3 personas que charlaban era un supervisor.
Así está la tención, esta situación se repite siempre, a cualquier hora en cualquiera de los rapid food.
El asunto del mal servicio se rapidez en ambos con diversas variantes.
Por ejemplo, suelo tomar café en al Mac, porque como comenté es más grande por el mismo precio, si voy cuando hay otros pidiendo hamburguesas, es una tortura, porque a pesar que el café está hecho, y sólo me lo tienen que servir mientras los otros esperan las hamburguesas que se hagan, me hacen esperar a mí, porque “va por orden” de pedido.
La escena es: todos estamos esperando, la cajera, la que sirve, los clientes de las hamburguesas y yo, a pesar que el café ya se encuentra hecho.
Cuando recién comenzaron esos sitios, se preocupaban que los empleados estuvieran adiestrados y supieran qué hacer, ahora conversan, están mal higienizados, tanto ellos mismos como los locales, contestan mal a los clientes, no escuchan y funcionan con un “casette”.
No será importante para mucho, pero encima, al ser comida de mala calidad, no sé, creo que es hora de abandonar el mal hábito de comer esa porquería.
Yo no como hamburguesas, por suerte, pero el café sigue siendo el más barato entre los bares, de manera que por eso abogo por una mejor atención y que vuelvan a usar tiempo para enseñar a los empleados.
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